lunes, 16 de diciembre de 2013

A dos voces (capítulo I )

Fotografía Edgar Bartes


Respira profundamente, por sus venas corren sangre y sentimientos, como todas las mujeres que se precien de tales.
Se da cuenta que tuvo mucho tiempo una tirana que le dirigía la vida llamada mente, maquinaba minuciosamente sus pasos como en un mapa cartográfico viejo en el cual no pueden hacerse modificaciones porque ya fue impreso en papel.
Medía resultados y analizaba posibles desviaciones en algún curso de acción matemáticamente prefijado.
Cada tanto, muy pocas veces,  la tirana se tomaba un respiro y atávicamente como en un recuerdo casi olvidado, salía de entre sus pliegues mas femeninos un animal salvaje, sensual, arrasador y tormentoso.
También este animal escondía entre sus fauces alguna sensación de libertad, una memoria de otros tiempos no tan lejanos, aquellos en donde existía la magia y la locura en todas sus manifestaciones.
Por lo general lo tenía bien amarrado, y sólo unos pocos afortunados, ya que ni ella lo quería admitir en voz alta, tenían el placer o displacer de conocerlo.
A su tirana, la seguía el deber, un meticuloso compañero del recuento de dolores y ausencias, del amasijo infortunado de amores y desamores, un vecino silencioso que solo le permitía planificar con medidas y reglamentos propios.
Corrió mucha lluvia en su paisaje cotidiano, que tuvo que impregnar la tierra de calma e incertidumbres a la vez para que la tirana dejara paso, poco a poco y sin dejar de luchar, hacia otra presencia.
Recuerda, como en un sueño, pequeños indicios que le hicieron cambiar el rumbo de su destino estructuradito y compuesto.
-¿Porque tanto olvido? . se pregunta a veces. Quizás su antigua gobernanta junto con su bártulos meticulosamente empacados, cuando se mudo a la casa del lado se llevó parte de la memoria, y le dejó este espacio donde el tiempo y la distancia son flexibles y maleables, donde los recuerdos y las fantasías se pueden unir como en un collage y formar figuras impensadas entre el pasado y el presente.
-Quizás sea verdad  que somos la suma de nuestras vivencias, pero también las podemos cambiar a nuestro antojo como en un borrador que vamos cambiando hasta el cuento definitivo final- piensa como extraviándose en el momento.
-¿Cómo fue que se volvió mar y esperanza, vuelo y fantasía, exposición y apertura? -se lo seguirá preguntando seguramente un tiempo más, y en el presente piensa la carta dedicada a alguien que le expone la sensibilidad hasta su última célula.
Quisiera pensar que hay más lugar en las habitaciones vacías que la conforman para algo más que agua y fuego, y mientras mira las letras correr escapándose de sus maquinaciones, sonríe pensando que todos los días su juego recién comienza. 

sábado, 14 de diciembre de 2013

En el Bosque (Rumbos Torcidos. Parte Final)

fotografía Edgar Bartes

L
uego de la meditación y los ejercicios grupales Rafael le propone salir de excursión a las sierras para cenar a la luz de la luna.
Ale se siente emocionada, hace tiempo que no siente su piel en otra piel, ni mariposas en la boca del estómago.
Este hombre de mirada profunda y ojos oscuros la desarma, la vulnera, se siente desnuda ante el incluso con ropa, hasta sus pensamientos son explotados en minúsculas partículas cuando habla con el.
Elegido el lugar al cual van en vehículo, Rafael tiende una manta para colocar los alimentos y el vino.
Pese a tener el estómago cerrado de tanta revolución no puede dejar de admirar su elección en quesos y el vino, siente que ese Malbec que eligió Rafael, y que nunca saboreó antes, tiene un sabor frutado y penetrante y que el sabroso líquido va anticipando los lugares en su mente que Rafael incursionará.
La bebida, sabrosa e invasiva de su boca anticipa el beso que le sigue, y a ese beso lo sigue una multitud de besos que la recorren desde el cuello hasta el nacimiento de sus caderas.
A los besos lentos y cadenciosos; epílogo del vino que tomó; lo siguen sus dedos precisos, minuciosos, desequilibrantes.
Alejandra siente que le explota la piel de urgencia y quiere mas y mas de el, y lo tiene cuando se lo ruega.
Parece que sigue leyéndole el pensamiento y las ganas, parece que este hombre casi desconocido sabe todo de ella y se anticipa incluso a sus deseos mas íntimos.
Todo es caricia y ternura cuando la hora del gozo termina, Ale ya no siente los prejuicios a los que una vez sometió su mente pensando en Rafael.
Mientras se relaja contemplando las estrellas, un aroma penetrante invade la estancia, parece que llegara de todos lados y fuera inevitable.
Le consulta a su compañero si lo siente - de que olor me hablás Ale?  parece que el vino te hubiera caído mal -le dice sonriéndose con ternura y sorpresa.
Decide dejar de pensar en ese olor casi animal, hormonal que los rodea, y seguir contemplando el cielo apoyada en su pecho.
Nuevos besos en el cuello anticipan otro nuevo encuentro y Ale se sorprende; aunque casi no puede concentrarse en el afuera siente que el olor raro y venenoso que los invadió hace instantes no para de crecer y crecer.
Cuando va sintiendo su lengua sobre el borde de la nuca y el cuello el dolor la paraliza, quiere hablar pero ni el aire acude a su auxilio, le parece que Rafael fue violento y la muerde con alevosía, trata de luchar contra ese malestar y lo siente decir - Ale no te resistas, no es el vino es el veneno que circula por tu cuerpo y te inoculé con el mío, pronto pasaras a formar parte de mi-
Cree escuchar eso mientras se le nubla la mente, y el recuerdo borroso de la gitana acude a su memoria, sobre la línea del que muere y resucita pero no puede pensar más.
Su última imagen es la cara de Mariano preocupado por su prima Celeste, y unos ojos rojos penetrantes que la devoran sin piedad.
Sabemos que la buscaron por las sierras a insistencia de Mariano pero no la encontraron, ni siquiera un hueso quedó del festín.
Dicen aquellos que guardan en su memoria las leyendas de esta tierra, que tenemos todavía una especie de hombres antiguos emparentados con algún animal extinguido, que luego del amor se comen a sus parejas tal como lo hace la mantis religiosa en este caso versión masculina.
También dicen que poseen un aroma particularísimo antes del apareamiento y que seduce a sus víctimas, las cuales no pueden escapar a su voraz apetito.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

De viaje (Rumbos Torcidos. Parte IV)

Fotografía Edgar Bartes
Luego de una noche agitada y con más malhumor que nunca Ale se dirige a Capilla del Monte a buscar algo para comer entre los encuentros del evento.
Al acercarse a la ciudad, le empiezan a entrar mensajes de Mariano, todos detallando su preocupación porque se enteró por conocidos del curso de yoga.
No sabe si contestarle o no los mensajes, considera que se comportó de una manera poco honesta pero no deja de arrancarle una pequeña sonrisa saber que al menos, por un sentimiento egoísta, piensa un poquito en ella.
Le manda un mensajito diciendo que no se preocupe que es grande y sabe lo que hace, pero agradeciendo su atención.
El móvil empieza a sonar y descubre que es Mariano.
-Ale se que no estas conforme en como terminó nuestra salida pero entiende que mi prima nunca más apareció, y era muy similar a vos en edad y características, espero no estés en capilla- dice acelerado antes de saludarlo con un hola.
-Mariano, gracias pero te pasas, creo que soy grande y se cuidarme, por favor si vas a llamarme que no sea por el mismo tema, gracias- le sale el enojo hasta por los poros
-Ale por favor, espérame y vamos juntos si no estás allá, suelen hacer los encuentros en lugares alejados y de difícil acceso, aguarda y llego contigo- su voz se transforma en un ruego susurrante
-Tarde Mariano, pero para que te quedes tranquilo te paso el mapa por el face desde el celu así no me molestas hasta el lunes y nos vemos en el trabajo- corta intranquila luego de prometerle estar atenta a cualquier anomalía.
No le comunicó sus sospechas, ni los acontecimientos que le llamaron la atención, seguramente exagera Mariano y ella también.
Luego de comprar todo lo necesario vuelve al lugar, se respira un aire de tranquilidad, no hay vehículos en el camino de regreso y eso la relaja para manejar.
Al llegar le comunican que hubo perdidas de agua en un caño maestro y afectó  algunas habitaciones, entre ellas la suya, pero la trasladaron a las cabañas individuales que se encuentran en el predio de la Hostería y son aún mas grandes, ahí en la número cinco puede corroborar que su equipaje esté en orden.
Revisa todo y parece que no falta nada, pero siente un perfume extraño en la ropa -ya me estoy volviendo paranoica por culpa de Mariano- se lamenta, es hora de ir a meditar y relajarse.
Saliendo de la cabaña se encuentra con Rafael, quien está muy alegre de tener la del lado - A veces los percances son afortunados- dice mientras la come con los ojos.
Definitivamente el día cambia se dice a sí misma, y le agarran cosquillas en el estómago imaginándose que puede pasar esta noche con Rafael.
 

domingo, 8 de diciembre de 2013

Reconstruyendo la figura

fotografía Edgar Bartes


Se levanto tarde, estaba nublado y tormentoso.
Repasó sus conquistas y fracasos, contó una por una las oportunidades que había tenido de ser feliz y aquellas en que sólo le quedaba un vacío inconmensurable .
Trató de rehacerse como en un rompecabezas, trató de lograr la figura perfecta y anhelada, aquella sin espacios sin completar, un paisaje de lo lindo que podría ser el presente si todo cerrara como en los sueños.
Como en un desafío a lo gris y lluvioso del día, ya no sabía si llovía de adentro para afuera o al revés, eligió solo por hoy, desafiar a lo monótono y tratar de ser feliz.
Espantó de su memoria, como a las moscas pesadas y molestas, el recuerdo de lo que pensó su última desilusión.
Ella quizás no se merecía ese pozo de lágrimas mezclado con esperanza, quizás no se merecía ese profundo hueco en el estómago que se había acostumbrado a llamar amor.
Tomó su último fracaso, el mas oscuro y melancólico, y lo transformó milagrosamente en aprendizaje, sólo por hoy haría el esfuerzo de brillar a pesar de las lágrimas.
Sólo por hoy regalaría sonrisas a quien lo mirara, y abrazaría a quien mostrara necesidad.
Sólo por hoy abandonaría la idea que la vida era era escrita por otro, y tomaría las riendas de su imaginación para crear un nuevo presente.
Asomose a su afuera cotidiano y descubrió que el cielo se despejaba y brillaba a través de lo que pensó era lluvia.
Sólo por hoy, se prometió como en un mantra, estiraría sus brazos para atravesar el cielo y tratar de volar.
Imitaría a las aves, abrazaría la naturaleza, olería en las flores el perfume del amor incondicional.
Sorbería el mundo como en un suspiro, y amaría a todos sin excepción como en la exhalación de un sueño.
Se daría el lujo de perdonar sin reproches y perdonarse una por una, las veces que se lastimó, que no se tuvo compasión.
Sólo por hoy diría soy afortunado, cuanto aprendizaje me dejaron mis dolores, soy nuevo, estoy rehecho de mis experiencias, soy un ser completo, complejo amante y amado.
Se repitió será solo por hoy, que es domingo, miró hacia el futuro y se susurró bajito..... y quizás mañana también que llega el Lunes.
 

sábado, 9 de noviembre de 2013

Puntos suspensivos (...)

Fotografía Edgar Bartes


 El camino a lo desconocido es arduo le dijeron, esta plagado de oscuras intenciones, malos entendidos, desconcierto por lo que te espera.
Adentrarse en un mundo nuevo requiere alas que no te dimos, requiere entereza, valentía y un poco quizás de locura; tu naciste con pies para pisar sobre seguro.
Requiere que dejes lo seguro, lo estable, la costumbre, requiere que vivas sólo del sentimiento, quizás no tengas pan, quizás hasta pierdas lo conseguido hasta ahora-
Qué es lo conseguido hasta ahora?- se preguntó sin mucho entusiasmo.
-Tus afectos, tus lugares, tu seguridades materiales y afectivas, la imagen que tienes de ti misma y construiste con los años, tu valor como persona independiente y juiciosa que nunca se salió del camino trazado, y que responde por amor a lo que los demás esperan de ella, tu amor por el otro, tu fe-
-Quieres decir que darme cuenta que quiero doblar en la esquina y no seguir derecho por la ruta, o en lugar de caminar hasta el abismo y en lugar de asomarme, probar si tengo alas sería una locura?, o a caso quieres decirme que si decido llevarme más por el corazón de lo que me lleve siempre, dejar de anteponer la mente a todo y todos, me va a alejar de quienes quiero y quise, del afecto conquistado, de la amistad, del que pensé el amor de mi vida, de mi seguridad laboral, de mi fortaleza y mi imagen de no caer nunca ante nada?
- Si, te alejarás de eso y mucho más, te alejarás del rumbo trazado, los amores conquistados, la esperanza de caminar sobre seguro, la satisfacción de hacer las cosas como se deben, vagarás por un limbo autoimpuesto del que quizás nunca te podrás salvar, por arrebatada, por loca-
- Elijo la locura admitió, elijo vivir el amor por el amor mismo, jugarme por entero y tirarme a los precipicios sin saber si tengo paracaídas, sólo por el afán de conocerme y conocer algo más que mi mente y mis prejuicios, elijo lanzarme y a la vez seguir amando, seguir queriendo, pero sin más medidas que las que el alma me imponga-
-Acaso no sabes que en el mundo incierto el alma es un concepto que quizás no exista?-
-Cómo no va existir si siento que me grita pidiendo aire diciendo que no quiere un fin desgarrador, que solo quiere volar y vivir?-
-Confundes ese grito interior que se llama inquietud y hartazgo con el sonido de tu corazón-
-Elijo confundirme- dijo y fueron las últimas palabras que se oyeron...

Se comenta en alguno de los círculos que frecuentaba que su voz se transformó en trino y se fue volando.
Otros afirman que vive en este mundo pero actúa rara, como encendida, diría el tango, y responde sólo a quienes quiere.
Yo, que la conozco casi como a mi misma, se que siguió el camino de sus sueños, se halló en profundidad con el mundo, empezó a escuchar las voces que no todos oyen, esas que nos animan a volar así el resultado no sea certero.
Incluso puedo afirmar que no se quedó sola, arrastró parte de sus afectos consigo en un lugar del corazón, aquel espacio que le dejan sus sueños e ilusiones, y que cuando duda (sólo a veces) se asoma al más acá.




martes, 22 de octubre de 2013

Reconociendo el terreno (Rumbos Torcidos Parte III)


fotografía Edgar Bartes
Después de deliberar consigo misma se anota en el segundo encuentro de yoga que se realiza en las sierras, mientras tanto; faltando unos días para el mismo; su relación con Rafael va creciendo...podría decir que a veces siente que la lee internamente cuando chatean, que se adelanta a sus preguntas, que intuye sus respuestas, se siente un poco desnuda cuando el le hace comentarios de su persona, un poco vulnerable cuando opina sobre su forma  de ser, como si la estudiara a la distancia con una lupa.
Aunque ya no recuerda su voz, hace bastante del encuentro, tiene la sensación de que era grave, seductora, o al menos así la imagina cuando el le escribe algunas cosas sueltas halagadoras.
Pese a todos los pronósticos surgidos en los últimos días y la insistencia de Mariano, sobre su necesidad de aviso si se encuentra con el grupo de yoga, Ana sólo piensa en su encuentro con Rafael.
Se acuesta temprano el viernes, no se junta con sus amigos ya que no quiere despertarse tarde, quiere llegar a tiempo al encuentro el día siguiente.
Tiene sueños aterradores, una pieza oscura y oprimente que no le deja respirar, unos ojos profundos y oscuros que de azules se vuelven rojos. Se despierta transpirada y agitada por la noche que pasó reprochándose por comer demasiado antes de dormir.
Con ojeras pero ya más tranquila comienza el viaje por el camino al cuadrado, se le hace eterno pero quiere llegar a tiempo a capilla del monte, tiene un plano de donde se materializará el encuentro pero como es en el medio de las sierras teme perderse.
Llega al lugar, es soñado, una Hostería hermosa en el medio de la inmensidad del paisaje, toda de piedra con habitaciones con baño privado, la recibe la profesora del encuentro anterior con una amplia sonrisa que infunde tranquilidad.
Luego de acomodarse sale a pasear por el parque que rodea a la hostería y unas pequeñas cabañas aisladas, cuando de pronto, en el medio de los árboles cree ver a Rafael con una mujer rubia de la cual sólo ve la espalda, pero supone por el movimiento corporal, están discutiendo.
Se lo encuentra en la merienda y le comenta que lo vio dando vueltas por el parque con una mujer rubia, asombrado le informa que acaba de llegar -seguramente estas confundida Ale- la mira con cara de preocupado.
Instantáneamente le pregunta por su trabajo, sus amigos, parece que quiere cambiar el tema y no actúa con naturalidad.
Merienda sintiendo esos ojos profundos que le taladran la mente, parece que la quiere comer, que la saborea lentamente, que la invade, termina sintiéndose nerviosa y expectante.
Casi al terminar una hermosa y despampanante rubia vestida sencillamente se le acerca y le dice algo al oído, se parece en cierta medida a aquella con la que lo vio discutiendo pero ya no quiere tocar nuevamente el asunto.
Luego de despedirse, se va a cambiar para el primer encuentro y le asombra que su valija no se encuentra donde la dejó, está segura que estaba al lado de la cama, en teoría nadie limpiaría la habitación hasta la mañana... otra vez empieza a sentir una cierta aprensión en el lugar, trata de no pensar mucho, pero se están sumando los eventos inciertos como migas de pan que resaltan en un mantel oscuro.


jueves, 3 de octubre de 2013

Por el sendero (Rumbos Torcidos- parte II)

fotografía Edgar Bartes

El contacto de Rafael por el face no se concreta y se tranquiliza pensando que las gitanas son unas mentirosas  y que lo peor fue el asco de sentir el escupitajo en su mano.
Más tranquila y vencido el malhumor se siente nuevamente bien, le encargaron dos escritos para una revista literaria que promete paga luego del tercero, por lo cual sonríe esperanzada.
Hasta los compañeros del taller literario parecen notarlo: después de meses de conocerlos, Mariano, un hermoso ejemplar masculino que suponía gay, la invita a salir.
La salida es muy divertida y piensa que estuvo haciendo conclusiones apresuradas sobre su compañero cuando de pronto le dice -  Ale todo bien con vos, pero te invité a salir porque me dijeron fuiste a la reunión de yoga la semana pasada, es verdad?- sonriendo con cara de avergonzado.
-Si, es verdad, pero no era necesario invitarme a tomar algo para saberlo, me podrías solamente haber preguntado- la cara es de desilusión seguro aunque haga un esfuerzo por disimularlo.
-Mirá se que te parece mal y lo noto por tu cara, es que tengo un problema, mi prima Celeste dejó de tener contacto con nosotros el mes pasado y somos su familia más cercana-

-¿Qué tiene eso que ver conmigo?, es una triste noticia la verdad, pero no se como estoy relacionada con esto- menos mal que no tiene un espejo porque su cara debe ser una mezcla entre enojo y sorpresa
- El tema es que la última vez que se la vio estaba en un encuentro de yoga con la gente que conociste vos la semana pasada, así que te suplico cualquier información que te enteres me avises- y el muy idiota pone cara de ángel.
La noche, pese a los esfuerzos de Mariano por distraerla, termina temprano siendo acompañada a su casa.
Intenta darle un beso de despedida pero ya no le tiene simpatía, entiende que esté preocupado por su única prima la cual fue como una hija para sus padres, pero podría haber hecho las cosas más simples y preguntarle.
Pasadas dos semanas la sorprende una solicitud de amistad y es de Rafael, la acepta, pensando que quizás su mal presentimiento sea una mezcla de timidez por verlo tan atractivo y su encuentro con la gitana que la predispuso mal.
Inmediatamente el mismo le agradece y le comenta que hay un nuevo encuentro al que la invitarán pero es en las sierras en unas cabañas de Capilla del Monte.
Se muerde la boca antes de preguntarle si conoció a Celeste, seguramente tendrá tiempo si decide ir al encuentro de Yoga, de repente le empieza a doler la boca del estómago y no sabe a que se debe.
Hace mucho dejó la intuición de lado, pero pensamientos oscuros se agolpan en su cerebro, los cuales trata de quitarse como cuando se espanta una mosca pesada de verano (continuará)



miércoles, 4 de septiembre de 2013

Rumbos torcidos


Recién levantada con ojeras y un dolor en todo el cuerpo como si hubiera trasnochado: las sienes latiendo y con resaca.
-Que noche de mierda- dice en voz alta aunque podría haberlo pensado.
Supone que hoy será de esos días que, sin motivo aparente, terminan siendo malos.
Todavía recuerda el día en el que se decidió a dejar el todo por el todo, abandonó primero su novio, dejó su trabajo, y hasta un par de amigas se alejaron como consecuencia de sus cambios de hábitos.
Venía todo francamente en armonía y en alza, conoció personas nuevas, francamente interesantes, otras que parecían una cosa y el realidad eran otra, pero mucha novedad de pronto, mucho movimiento externo e interno.
Quizás había llegado la hora de detenerse y pensar que era lo que realmente necesitaba, hacer la famosa listita de lo que era debe y haber y empezar a sacar del debe elementos, perdonar y perdonarse así salir adelante con saldo a favor o al menos saldo cero.
Aunque seguramente si la hacía ahora tendría saldo negativo, no andaba de buen humor.
Se dirige por la tarde a un encuentro con sus compañeros del taller literario, cada uno preocupado por su propia temática, muchos usando sus celulares mientras el otro habla, en fin, nada interesante para comunicar ni comunicarse.
Antes de salir, uno de sus compañeros la invita el fin de semana  a ir un encuentro de Yoga
 –No puedo ir, pero a vos te va a hacer bien dejar de ocupar tu mente y poner el foco en otra cosa- argumenta.
¿Tan mala cara tendré que me ofrecen soluciones a problemas que no tengo? Le fastidia que le impongan algo pero tiene ganas de despejarse en las sierras, donde se realiza el encuentro.
Lo pasa bien -Seguramente hace bien detenerse y respirar profundo, saber que somos algo más que un cuerpo y una mente- sale esperanzada que todos sus cambios se dieron por algún motivo.
A la salida del encuentro le toma la mano una gitana –Niña por quince pesos te leo la suerte- y no la deja escapar  a pesar de que trata de hacerlo.
-Dígame sólo si voy a tener suerte en el amor o dinero, si me va a contar otras cosas no me interesa- suspira, y le entrega el dinero.
La gitana empieza  a hablar, todo lo que le dice parece extraído del horóscopo del domingo, resopla queriéndole poner fin al asunto.
-Querida, usted acá tiene una línea rara, como la de la gente que muere y resucita-
-¿y eso es bueno o malo?- pregunta, aunque todavía no se lo termina de creer
-Es raro, pero de la lado de tu muerte y nacimiento sale un hombre morocho de ojos azules, como un enviado del destino que cambia tu fortuna- y cuando termina le escupe la mano.
- Es para la buenaventura- argumenta la gitana mientras se marcha  apresurada.
No sabe si vomitar, putearla o seguir de largo, opta por limpiarse con un pañuelo y entra a una librería esotérica del lugar pidiendo entrar a lavarse las manos.
Cuando sale de la misma, los dueños eran francamente amables y considerados, se choca contra alguien que insinúa una disculpa.
Lo mira unos ojos azules le taladran el cerebro y recuerda la gitana.
-Ya se, te conozco del curso de Yoga, no? me parecía… ¿venís al segundo encuentro el mes que viene?- aclara la voz y pone una cara de interesado que no termina de convencerla.
-No presté atención a la fecha, pero en face seguro me la recuerdan, puede que si- arguye sin muchas ganas de dar explicaciones a un desconocido, así tenga unos ojos hermosos y una sonrisa que parte la tierra.
-Agendame  como contacto y te aviso yo si no lo publican-  manifiesta quien, luego de pasarle sus datos, descubre se llama Rafael.
No sabe porque pero hay algo de esta persona que le causa inquietud, un aire entre misterioso y peligroso, se despide agradeciendo su intervención, pero duda si tomó una buena decisión.
No sabe si son las palabras de la gitana, o que últimamente está susceptible; pero tiene la sensación que esta historia recién empieza. 

En el Bar

                                               

Planificó el encuentro de muchas formas diferentes:  se imaginó con botas altas y seductoramente arreglada, pensó hasta en detalle en la ropa interior que usaría esa noche.
Se planchó el pelo, se puso la ropa justa que resaltara sus virtudes, a esta edad las conocía de memoria, y ocultara sus defectos.
Estaba cansada de ser siempre seria, de arrepentirse cuando aceptaba un chiste subido de tono o  avergonzarse cuando le seguía el juego (hasta cierto punto) a alguno de sus amigos varones.
Luego tomó la decisión de ir vestida de forma más natural ¿porque mostrar lo mejor de si físicamente si en teoría le gustaba por sus ideas?
Se cambió de nuevo, se sacó parte del maquillaje (seguramente antes parecía un híbrido entre gato y chica sexy) se quitó las botas altas, se sacó la pollera corta y aunque mirándose con espíritu crítico sabía que no estaba mal, reconocía que podía estar mucho mejor.
Imaginó mil conversaciones atrapantes mientras caminaba las cuadras que la separaban de su destino final, un Bar al cual estaba acostumbrada a ir con sus amigas, y si la conquista del momento se ponía pesado no le quedaba tan lejos de su casa.
Antes de entrar, por si acaso, dio vueltas mirando hacia el interior del mismo para ver si Manuel había llegado.
Llegó en punto como siempre, pero estaba acostumbrada a la demora de sus amigas, y como los hombres venían cada vez más femeninos, seguramente en arreglarse tardaba más que ella.
Siguió mirando y mirando, no había nadie que se pareciera al chico de la foto de face, hasta llegó el momento de arrepentirse de no haber usado skype para ver si la foto era real.
El mozo que venía de afuera la hizo pasar ¿Qué hacía esperando afuera con el frío que hacía? le preguntó.
Luego de 20 minutos de espera, y cansada de hacerse la tonta mirando el celular como si fuera a salir de la pantalla el imbécil que la había dejado plantada, decide irse.
Otra vez el mozo de costumbre la interrumpe, y le comenta que el encargado del Bar la invita a tomarse un trago en la barra ya que sus amigas seguramente se demoraron.
Se acerca con vergüenza y disimulo; una cosa es ir siempre y charlar un rato, otra sentarse como una loca en la barra del bar tomando sola, piensa mientras la indignación casi la hace llorar.
Cuando termina el segundo trago, el barman siempre preparaba unos tragos que la dejaban sin aliento, se dispone a irse.
En ese momento siente que un brazo fuerte la detiene pese a sus intentos de salir
 - no se que te pasa- le dice quien la invitó el trago- pero ya que tengo la oportunidad de que no estés rodeada de amigas … ¿no me dedicas unos minutos? hace más de un año que quiero charlar con vos- aduce como justificativo.
Se siente avergonzada, muchas veces le miró esos ojos grises y esa sonrisa tímida, pero se hizo francamente la tonta, ya que nunca observó respuesta de su parte.
-Claro, como no- contesta con timidez mientras agradece secretamente a Manuel ser un cagón que le brindó la oportunidad de conocer a quien realmente le interesa.

carta a ti de mi nueva yo

Te miro, sonrío, espero tu respuesta.

Se que me sobran palabras y que tengo todas las respuestas; se también que suena petulante y orgulloso decir lo que digo, pero contigo no me importa.
No me importa que pienses que digo demasiado, que me expongo demasiado.
No me importa que pienses que debería cuidarme, que debería ser algo más que un espejo para ti, o nada menos que lo que soy: transparente hasta lo tormentoso.
Advierto tras tu silencio que no te gustó verte reflejar tus miedos en mí, que lo que te pareció un día apertura, luego te pareció hostilidad.
Que lo que te pareció amistad, un día te pareció reclamo.
Que navegamos bajo el mismo cielo, aunque nos separen kilómetros, y que así tengamos sólo 5 milímetros de por medio entre nosotros, a veces se hunden mis palabas en un mar de malentendidos y otras naufragan mis ideas en la indiferencia.
Sé que somos diferentes, sé que a veces se te antoja audacia mi nueva locura, y que otras se te antoja peligro que me llame libertad.
Sé que a veces entiendo entre letras que te molesto, cuando solo quieres contemplarme, y que otras supongo distancia cuando solo quieres espacio.
Camino, respiro, me estremezco; suspiro interpreto, me complico nuevamente.
Te cuento que es nuevo para mí este sinsentido de no pensar, de no guiarme sólo por las matemáticas ni por la lógica.
Quizás te parezca estúpido que lo aclare, pero nunca antes acudí a mis instintos, ni a mis sentires, todo lo comandaba el hemisferio izquierdo y la emoción, cuando la necesitaba, acudía a caudales inundando el basto paraje de mi vida; sin detenerse arrasando con todo y con todos, mojando desde el alma la ciudad.
Ahora mis emociones no dejan de ser profundas, no dejo de ser el mar tormentoso bajo esta apariencia de lacustridad, pero incluso el mar tiene sus ciclos comprensibles, y ya me comprendo, ya no arraso, ya no temo a lo que siento, solo lo hago y dejo que mis mareas no se aten a tus sentires ni a los de nadie.
Me siento completa conmigo misma, me siento colmada en  muchos sentidos, lo mismo elijo complicarme contigo.
Lo mismo elijo mostrarte lo que soy pese a tus miedos y a tus evasiones, pero las respuestas ya no me afectan como lo hubiesen hecho antes.
Me gustaría contarte más de mi, me gustaría abrirte el pequeño resquicio del alma que todavía no tuve tiempo de mostrarte, mis pasiones, mis arrebatos, aquellos que surgen de la calma pero que devoran y someten.
Todo aquello que inspiras moviendo cimientos que creía pacíficamente en reposo, todo aquello que solo admito en mis sueños cuando sueño que nuestros contactos rompen muros y distancias y nuestros besos comunican más que efímeras palabras.
En fin, se que me temes, se que en mi interior mi vieja yo te temería, pero ahora sólo aguardo que me tomes, me entiendas, me devores y sólo veas algo más que la finitud del tiempo y la magnitud de la distancia en mi.


domingo, 25 de agosto de 2013

Camino al revés



Un día como cualquiera del fin de semana decidieron salir a pasear por las sierras cordobesas, manejaba Andrea que lo hacía desde los 12 años y de copiloto iba Ana que hace mucho no tocaba el volante.
El día estaba hermoso para pasear sin motivo aparente más que el disfrute de los paisajes cercanos, momento para aprovechar; Andrea le había dejado sus hijos a su ex marido y Ana disponía desde hace un tiempo de total libertad ya que se había separado hace bastante y vivía sola.
Paseaban por un conocido camino de su zona denominado “camino al cuadrado”, y decidieron a último momento visitar un amigo que poseía un Hostel por la zona.
De repente el paisaje se transformó, unas maquinas estaban mejorando la ruta por reiterados derrumbes y desviaban a los autos por un camino secundario.
La mayoría de los automóviles se volvían, pero ellas estaban decididas a llegar a su destino así que se desviaron hacia donde les indicaban los trabajadores.
Andrea manejó por varios minutos pero un cansancio reiterado le hacía bostezar, -Prepará el mate- dijo a Ana, quien con cara de dormida se decidió a realizar la tarea.
Cómo venían por curvas y contracurvas, Ana solicitó que parara cinco minutos el auto para poder preparar tranquila la infusión requerida –Pará unos minutos así no me quemo con el agua por favor- le requirió con apuro.
Paran unos minutos mientras prepara el mate con hierbas serranas, tal como les gusta a ambas.
Unos kilómetros mas adelante se detienen de nuevo, no hay señalizaciones y los pocos autos que andaban cercanos a ellas desaparecen de repente, el camino se encuentra totalmente desierto.
Las dos son bastante meticulosas y atentas, pero esta vez venían como en un estado de raro relax, -¿nos habremos equivocado? – dice Ana con cara de preocupación.
-Seguramente- contesta Andrea con una sonrisa- Mejor sería preguntarle a aquel chico que está haciendo dedo más adelante.
Pese a que Ana suele ser más precavida no pone objeción, el chico parece totalmente confiable, y las guía sin contratiempos hacia la ruta que las lleva al Hostel de su amigo en común.
Antes de bajarse y agradecerles les aclara –Cómo han sido piadosas les devolveré el favor, si Fernando no se encuentra en el hostel no ingresen, se sabe que es un gran guardián.
No deja tiempo a que le pidan explicaciones y sigue su camino, no sin antes dejarlas asombradas y risueñas  -Este pibe seguro se fumo algo antes-dice Ana con risas.
¿Cómo sabía que buscaríamos a Fernando si no dijimos exactamente donde íbamos?- se cuestiona Andrea.
Llegan al Hostel y raramente Fernando no se encuentra, pero se encuentran a Alma la nueva encargada que les sugiere lo esperen al lado del curso de agua que pasa por el jardín.
-¿Recordás vos que pasaba este arroyuelo por acá?-
-Para nada, y no lo tenemos en ninguna foto- responde Ana.
Luego de varios mates más y un poco de frío deciden volver, Fernando les contesta tardíamente el mensaje diciendo que se encontraba de viaje.
Ana se dirige a departamento céntrico donde, asombrada, descubre que vive nuevamente con su hermana, secretamente se pregunta si hasta ayer la misma no estaba por mudarse a Mendiolaza a vivir con su novio.
Andrea en cambio llega a su casa, tiene la sensación que debía  llegar apurada porque la esperaban pero se encuentra sola, su casa pequeña no posee fotos ni nada que le recuerde un nexo con alguien más, y con calma se prepara un té.
Al mismo tiempo Marcelo, ex marido de Andrea hace una llamada a la policía –Se que no pasaron 24 horas pero mi ex mujer no pasó a buscar los chicos por casa, el celular da fuera del área de cobertura, y al llegar adonde vive se encuentra el auto estacionado pero sin rastros de ella.
Los únicos datos que podemos aportar a esta historia,  es que pasado un año de la fecha, no hay noticias de que sus cuerpos hayan sido encontrados.

miércoles, 14 de agosto de 2013

La otra cara de la luna. Recogiendo frutos (parte II)


La otra cara de la diosa tiene otra tonada, ha pasado por esperanzas como por desilusiones, tiene a su favor que el alma, surcada por heridas, en lugar de endurecerse se ha conmovido por la vida.
Pese a las vivencias siente cada experiencia como única, y un día entre amigos cree entrever un enamorado de las letras que le toca el corazón.
Se siente extrañada, la virtualidad le pareció siempre fría, pese a que sabe que las distancias reales son las del corazón y no las de los kilómetros.
Aunque no lo quiere admitir, ama leer lo romántico en cada paso que da, le gusta la gente entregada y apasionada, pero suele caracterizarse como calma y apacible.
¿Quién le diría que del otro lado del océano un extraño llamado le agitaría sentimientos que pensó dormidos por un rato?
¿Quién le diría que detrás de una pantalla, poco a poco, cree conectar su alma con un joven morocho de otro país?
Primero se ríe de sus pareceres, ¿que le escribe a ella? ¿Qué comparten algo más que un grupo en común?
Pronto lo que parecía imposible se hace probable, palabras van y vienen cruzando los puentes que creía rotos o perdidos; navegando por mares mas calmos que aquellos que agitan sus esperanzas.
Las barreras que pudieron existir son desgastadas, rotas, derrumbadas por palabras, que van que vienen, que trascienden, que profundizan, que provocan.
El puente se construye de ilusiones, porque no de sexo a la distancia, de premura, de aguas tormentosas, lo que ayer era calma hoy es maremoto.
Tiene muchas historias en las cuales basarse para decir que las barreras pueden ser rotas, que lo que pensaba no existía es mas material que nunca, hasta imagina un viaje que la acerque al nuevo mundo, a su morocho avasallador de témpanos y destructor de distancias.
Si algún pudor le quedaba sin romper lo pierde, con el se siente ave, se siente  pluma, se siente verso, le faltan palabras si quisiera trascribir en poesía todo lo que este ser le provoca.
Su vida, su rey tiene en sus manos todas sus añoranzas, sólo por si acaso, no va a quedarse con ninguna duda, sus fantasías todas serán expresadas con palabras, palabras a solas , cámara por medio, palabras conjuntas con el mundo como testigo.
Mientras imagina escenas, que sabe no son unilaterales( porque todo el tiempo el la insta a superarlo) Mariana nuestra protagonista sabe que le ganó a la virtualidad.
Sabe que no hay medida para las ansias que siente, para el explosivo sentimiento que sacude todos sus cimientos; el afuera, el afuera no existe, no existen los otros cuando mira esos ojos oscuros que la devoran con deseo y le dicen morir por ella.
No buscará excusas, no esperará que pasen los años, las horas, ni los días, si algo aprendió de sus amores pasados es que la vida es el hoy, y todos los hoy construyen el anhelado mañana.
Mientras suspira apasionadamente en espera de la hora de chat y se prueba su último conjunto de ropa interior que compró, su mente viaja más allá del mar se adelanta semanas sabiendo que pronto llegará el momento en que sus dedos la acaricien y le saquen todos los secretos que guardó para el.

martes, 13 de agosto de 2013

Media luna. Entre la virtualidad y la ausencia (parte I)


¿Cual es el límite del engaño?  se pregunta,  aunque reconoce que nunca lo conoció. ¿Pero acaso no se miraban coquetamente tras la pantalla? ¿no se decían cosas dulces entre suspiros?
Le habían enseñado a no mostrar todo lo que tenía, “las mujeres son recatadas” era el mandato familiar, y pese a encontrarse pasando por lejos el año 2000 y ser mayor de edad esas pautas le habían quedado marcadas a fuego.
El era bastante enamoradizo al parecer, le escribía primero grandes alabanzas a su belleza, y luego quería cruzar los límites de la distancia y la virtualidad y visitarla.
Tenían varios países en el medio, mucho continente entre sus amores. Pero lentamente paso a paso sentía el tocaba sus fibras más íntimas.
Le hablaba de amor, de suspiros, de belleza compartida entre sábanas; por lo cual muchas veces sentía la necesidad de ponerle límites: las buenas señoritas no hacían explícitos sus deseos pese estar en un país democrático y comandado por una mujer.
Formaban parte del mismo grupo de una red social, ahí empezó todo; entre letras compartidas eróticas de uno, románticas de su parte, se habían empezado a leer con más detenimiento y el había logrado, poco a poco embelesarla entre suspiros.
Un día cualquiera, cuando la fecha anhelada por ambos para la visita se hacía cada vez más cercana, nota que sus letras no tienen el mismo sabor que de costumbre.
Entre otras cosas ya no la llama su princesa, simplemente la nombra como al pasar; luego sus chats se hacen mas espaciados, no le exige fogosamente lo que siempre tarda en entregarle en cuentagotas: su sensualidad.
Empieza a sospechar que otra ingresó a su vida, empieza a seguir sus publicaciones, a contabilizar los me gusta de otras mujeres, hasta que no puede más con su genio y se lo plantea: ¿no estarás saliendo con otra?; primero el empieza una disculpa poco creíble y enseguida se tiene que ir, queda la conversación pendiente para otro momento y lugar.
En respuesta a su distancia, hasta está dispuesta a arriesgarse y mandarle la foto erótica que le niega desde hace meses, imagina confesándole sus sueños más osados, incluso aquellos que la sonrojan.
Lo cita a la misma hora de siempre, espera anhelante su comunicación, el no se presenta.
Le manda un mail con un insulto, es una lástima enojarse, pero no puede más: exige lo que es suyo, su compañía, su amor, su deseo a la distancia.
El, como respuesta le pide un tiempo, dice que la distancia hace horrores en su corazón desesperado y quiere un respiro de su ansiedad.
Verónica, ahora develamos el nombre de nuestra protagonista, sospecha: si el era el que más la acosaba, quería quebrar sus límites, forzarla a darle lo que le costaba, le exigía horas, le exigía romper pudores y secretos.
Sigue abiertamente cada una de sus publicaciones y se las comenta, y el en respuesta, la elimina de sus amigos, no sin antes informarle que no se sentía respetado en sus exigencias.
Cree leerle entre letras el amor a otra mujer, una descarada, una señora mayor que ella, alguien con la cual no la puede ni debe comparar.
Cree leer entrelíneas las respuestas, cada vez más osadas, cada vez más abiertas.
¿Es que a otra dedica ahora sus suspiros, sus deseos, sus pasiones? ¿Es que esta mujer no tiene decencia no tiene buen gusto para ubicarse?
Lentamente le parece que sus sospechas están próximas a confirmarse.

martes, 6 de agosto de 2013

y la magia..?


Ana de chica creía en la magia, mientras jugaba, se imaginaba con su primo Martín colores y situaciones inventados y practicaban la percepción extrasensorial, a veces adivinaban y a veces no, pero cuando lo hacían la magia era la responsable.
Luego jugaban a imaginar un cuento creado por los dos y siempre terminaban compatibilizando sus aventuras(seguían leyéndose el pensamiento).
Quizás la culpa la tuvieran los libros, se sumergía horas enteras en la biblioteca de sus abuelos y pasaba de ser protagonista de un cuento mitológico, visitante del paraíso de Dante como astronauta lanzada hacia la luna.
Tampoco ayudaba tener tantos vestidos viejos y disfraces encontrados en el altillo, ¿para que necesitaría otras alas, si podía ser princesa, dama antigua, viejita o una inteligente bruja?  aun menos que le contaran cuentos por las noches, que si no era de sapos mágicos era de hechiceras.
A los 6 añitos alertada por una amiga mayor le contaron que no existía “el niñito dios” así que la noche de navidad espero escondida para ver cuando sus papás le dejaban los regalos, de repente, la luz del comedor se prende y aparecen todos los regalos juntos; su amiga se había equivocado, la magia seguía en su vida.
A los 8 años todavía creía, pero el crecer; el alejarse unos kilómetros de sus abuelos y que sus nuevas amiguitas no leyeran le hizo por un momento replantearse si todo era real o una invención de sus niñez.
Un día como otros, nuestra protagonista,  se estaba bañando en la tina de su casa cuando, sin querer, tocó con el codo el secador de pelo que había dejado su mamá enchufado cerca en un descuido.
De repente le empiezan a picar las piernas y quiere gritar pero no le sale nada, se acuerda de “su diosito” y le exige que la deje seguir viviendo que todavía es joven.
Una luz la rodea y llega prontamente su mamá que totalmente conmocionada tira de ella para sacarla de la bañera.
Otra vez la experiencia le dio la razón a la magia, recuerda todo lo que paso, como lloraba su mamá mientras le hacia respiración boca a boca, como “su diosito” le dijo que se calmara, como todo terminó tranquilamente, y cuando el doctor Esperanza (vaya nombre del doctor) le dijo que todo estaba solucionado cuando lo llamaron, para ella no fue sorpresa alguna.
Pasando los años todavía recuerda el momento con alegría, y si se pone a rememorar tiene muchos ejemplos donde la magia se demostró en su vida…..ya tendremos oportunidad de escuchar algún otro.

viernes, 19 de julio de 2013

Que son los años?


Que es la razón, quien la tiene? se pregunta mientras acomoda viejos recuerdos, cd libros, fotos que debería ocultar por un tiempo...
Hace memoria y no puede recordar quien fue que le dijo primero que la diferencia de veinte años que se llevaban en algún momento tendría su peso.
Recuerda como lo conoció que supuso era un "señor baboso de edad avanzada" , para no decir algo peor, pero luego descubrió que el señor tenía un excelente sentido del humor.
Para ello necesito varias copas de vino en el bar de la esquina de su casa, donde a mitad de la noche llamó a una amiga que la "salvara" de esta cruel situación de acoso, y que luego hecho corriendo del lugar para dejarse disfrutar de la diferencia.
No era fácil, recién tenía 22 años y había crecido en un pueblo amparada por las ingenuidades y los prejuicios propios y ajenos.
Su mayor vuelo había sido en libros, y sus experiencias más osadas pura imaginación.
Una copa cedió paso a otra, y encontraron que los años no los alejaban, que el dialogo era meramente un puente y hubo comunión más tarde de cuerpos y almas.
Antes de dar pasos más profundos preguntó a sus amigas, y que voy a hacer en 20 años, podría tener una relación seria con esta persona?
Hubo de todos los pronósticos y pareceres imaginados, como aquel que le dijo quien dijo que el amor puede durar 20 años o 5 minutos, un segundo o toda la vida?
¿Como no iba a arriesgarse a amarlo si nunca había sentido tal compatibilidad, si el le había enseñado los cuentos de Abelardo Castillo, si hablaban sobre Cortázar, si tenían el amor por la cocina y la música, si ambos eran maestros de lo propio y aprendices de lo ajeno pese a sus peleas?
Los años pasaron, corrió llanto y alegría bajo sus brazos, nacieron niños, llegaron hartazgos y desencuentros, proyectos y sobresaltos.
Un día una desconocida se instaló en su casa, rompió todos los esquemas y previsiones, rompió los dolores menores y desencantos, dio paso a la oscuridad.
Recién pasan 6 meses del ocaso, recuerda los viejos tiempos cuando puede, los niños no le dan tiempo a caer del todo ni siquiera en las noches, y piensa en el destino.
¿Quien tendría la razón, quien diría que la dejaría huérfana en el desamparo, nueva en la soledad antes de los 40, sola, viuda, gris y a la vez esperanzada?
Ya los hartazgos son un recuerdo, hoy el dolor es su mayor aliado y cuando lo recuerda, cuando encuentra cartas de amor sueltas en los libros, cuando escucha una melodía antes compartida piensa, que razón tuve al haberme animado.
Que razón tuve al haber amado, que es un año, que son 15, si soy otra gracias a haberlo tenido a mi lado.

jueves, 11 de julio de 2013

El anciano Palacio

En el palacio del Confín de los Días habían muchas puertas, cada una con un diferente color y altura. 
Estaban vedadas a quienes no tuvieran la apertura suficiente para poder ingresar con un deseo y salir con experiencia. 
El palacio, construido años atrás por reyes desaparecidos en sus pasillos, siempre tuvo ideas propias sobre su función en el Confín de los Días, basta un ejemplo: quien lo creo el rey John (para evitar herir susceptibilidades de sus descendientes es un nombre ficticio) tenía la idea que sólo los sabios podrían ingresar a disfrutar de sus convites, pero el palacio encontraba siempre la manera de ingresar algún loco, o un bufón y carcajadas se escuchaban entre los muros para molestia del señor. 
Su descendiente la reina Eluarda (nombre ficticio también) suponía que solo las personas con un acabado propósito podrían guarecerse en el, pero el palacio siempre apelaba a sus instintos y lograba entraran poetas y escritores, fantasiosas criaturas e idealistas. 
Este personaje de piel de piedra sabía exactamente lo que ocultaba el corazón de los hombres, entonces cuando alguien cruzaba sus muros sabía guiarlo con exactitud hacia la puerta deseada. 
A soñadores los introducía en un mundo de hechos, y a los racionales en un mundo de sueños, como el palacio era multicultural y cambiante muchas veces recibió magos y hadas y dejaba quienes tuvieran la voluntad y grandeza suficiente lo modificaran a voluntad solo con el uso de sus deseos mas íntimos. 
Llegó un día, hace miles de miles de años que el anciano palacio, modificado hasta el hartazgo por sus habitantes y cambiando su materialidad en espíritu, se abrió al mundo exterior dejó de ser un habitáculo gigante y se transformo en infinito. 
Cuenta la leyenda que en el Confín de los Días desde ese momento se hizo mas parecido a un cuento que a un país hecho y derecho: desde ese momento cada personaje que ingresa sin saber al lugar recibe una especie de enseñanza, el miedoso aprende a confrontarse con la realidad sin huir ni herir, el incauto comienza a aprender con las caídas que no se puede andar desprevenido, los charlatanes meditan sus palabras, el especulador aprende a hacer las cosas con el instinto y el alma. 
También comentan los cuentistas que hasta no aprenden su lección son atraídos una y otra vez a ese mundo y encuentran detrás de alguna pared ficticia una sucesión infinita de nuevas situaciones algunas parecidas a versiones vividas y otras totalmente diferentes, todas para ser resueltas por el invitado. 
Solo hay un caso excepcional: en la plena vigilia de los sueños, en el instante creador donde se invocan los sentimientos y las pasiones danzan a ritmos desenfrenados; el anciano palacio, hoy Confín de los Días permite a los que una vez ingresaron lograr la tan ansiada libertad.

martes, 9 de julio de 2013

Despojos

Lo fue maquinando día a día, paso por paso, como cubrir sus huellas, como lograr que pareciera el crimen perfecto, o al menos una extensa incógnita para todos aquellos a quienes ya no les importaba.
A los otros, quienes estaban atentos a sus pasos y sus locuras les dejó una carta, si es que eso se puede decir una carta; un extenso papel donde hablaba de los como, los porque de sus decisiones y que había cumplido su ciclo.
Todo comenzó en septiembre del año anterior dando pasos cortos para algunos, un día le dijo al mozo de su bar mas preciado que lo quería, también al encargado.
Más adelante se despidió de todos y cada uno de aquellos con los cuales venía trabajando, la excusa las vacaciones. Hizo todo lo que no había hecho por miedo, primero se le declaró al que pensaba uno de los amores de su vida, y sólo tuvo por respuesta un gesto de estupor y una huida, luego se largó en paracaídas, se tiró de un puente, corrió carreritas con la bicicleta vieja en contramano mientras la insultaban taxitas y colectiveros en todos los idiomas diferentes, se tiró en roller por una pendiente y frenó de culo casi contra un auto (en casi ningún aspecto de su vida había aprendido a frenar)
Vendió sus cosas, compró regalos, parecía que el universo la hubiese dotado de libertad en la economía y otros asuntos.
A quienes tenía lejos, aquellos con los cuales se comunicaba a través de las redes sociales y otras innovaciones del estilo les dejó un mensaje personalizado de todo aquello que la movilizaba y de un resumen de su relación, mas de uno (incluso aquel que pensaba era su alma gemela inconfesada por la conexión intelectual que tenían ) pensó.." realmente esta se volvió loca del todo".
Se despojó de todo aquello que era accesorio, ropa, aros y anillos, la imagen de sí misma que había creado para los otros y se miró desnuda al espejo dando un último saludo a la yo racional que había construido durante 37 años.
Luego de varios días de no recibir noticias suyas, su hermana (por insistencia de la pesada de su madre) entró al departamento con la llave que nunca le había devuelto.
Sólo encontró la ropa sucia tirada frente al espejo de la pieza,  una sonrisa (muy mal dibujada) en el mismo.... y un par de plumas sueltas........

domingo, 7 de julio de 2013

Entre las palabras y la noche


La noche guarda mis memorias; genera otras, alberga instantes
susurra al oído palabras inesperadas que no serían adecuadas para mis oídos diurnos
aquellos que siempre analizan antes de sentir y todo lo censuran 

antes de emitir veredictos
Sin el filtro de mis temores y bajo el peso sólo de la fantasía
me vulneran, me llenan de imágenes que se escapan de mis manos y vuelan
independientemente de mis pareceres y estructuras
ellas alcanzan ritmos insospechados bailan, se enamoran,
complican las cosas y simplifican los sentimientos
Ponen freno a lo metódico, alcanzable y medible de la vida
construyen castillos de deseos y elevan puentes en el medio de la nada
En el transcurso de la noche, allí donde el límite ya no es tal
donde demonios y ángeles desarrollan un baile al unísono 
donde no hay líneas que dividan tus deseos de los míos
donde el sinsentido es el origen de los sueños
donde las pesadillas son sólo un habitante más y el dolor tiene fecha de caducidad
encuentro una voz que me guía hacia el amanecer
Quisiera seguir soñando que soy libre y que se me escapan las palabras y las ideas
pero ya no tengo tiempo, soy presa nuevamente de la lucidez
que atrapa todos mis sentidos y me lleva nuevamente a esta realidad paralela 
donde las ilusiones y fantasías solo están contenidos en un libro ajeno.

A la memoria de mis dedos


Quisiera navegar por los confines de tu cuerpo donde culmina el olvido y se evade la calma.
 Quisiera te recuerden la memoria de mis dedos en ese justo limite donde terminan tus ojos y comienza el alma.
Pero aquí estoy del otro lado de la luna, apelando a la memoria que evade las distancias, sintiendo que tu y yo tenemos un planeta por medio, sin tener la certeza si imagine tus besos.
Quisiera saber si esta sutil fragancia que hoy mis sueños puebla es el resultado de mi mente en lucha cruel contra la añoranza o el eco de lo que vivimos un día y que  toma partido al reavivar mis ansias.
En fin, todas estas palabras, todo este intento de carta, son para pedirte que me devuelvas mis alas, las necesito para poder volar.

Entre la calma y la pasión

Un día la protagonista de este cuento se levanto tarde y como dormida se dirigió a sus pensamientos más íntimos, hizo repaso de sus sueños más tempranos y sus desilusiones más remotas.
En un balance desacostumbrado antes del mediodía, tomo todas sus pasiones (incluso las ocultas, aquellas que no hubiere confesado ni al objeto de su deseo) todas sus caídas y se lanzó sin expectativas de resultados a someterse a si misma al escrutinio de lo no evidente.
Quiso volver al último sueño donde caminaba por un paisaje salvaje y desconocido pero no por ello menos bello e intimo, donde poseía alas en los pies y vuelo en la imaginación, pero el paisaje se había transformado con la luz del sol y requería colores y ocasos no disponibles por la hora.
Escapista de la tristeza, maratonista de la vida, cualquier excusa que la retrajera del balance; como por obra de una fuerza invisible y temerariamente ajena; desaparecía volatilizada por el objetivo autoimpuesto.
Ya no tenía ganas de tomarse vacaciones de si misma así se lo propusiera, así que haciendo acopio de valor y aprovechando que su cuerpo se tomaba un recreo matutino comenzó nuevamente con el reconto de experiencias.
¿Quien le diría que con los años se sentiría más joven y feliz; que la decadencia paulatina del cuerpo no significaría la del alma, que animarse era recordarse que reconocerse era poder amar al otro plural?¿Quien le diría que no era necesario seguir el libreto prestablecido de antemano por si misma, que el cuento que se contó gran parte de su vida había sido de terror como la mayoría de los cuentos que le gustaron?
¿Quien le diría que un día al darse cuenta que ya no era niña, que perdidos los regalos de la infancia y la juventud podría ver todo con nuevos ojos, que ciertas cegueras que la habían guiado se detenían en el tiempo y el espacio para mostrarle que la realidad se construía paso a paso?.
Recorrió todos los parajes destruidos de lo que habían sido su infancia y adolescencia, limpio habitaciones que había sellado hace tiempo y personajes que el olvido había cubierto bajo su manto opaco.
Tomo todo aquello oscuro y negado que no quiso ver lo expuso, contabilizó, manipulo y acomodó, todo aquello que elegía ver siempre lo miró de reojo como en un repaso de lo evidente.
Sumó, restó, multiplicó, dividió, en fin hizo el trabajo que necesitaba con respecto a experiencias, luego siguió por las personas eran muchas pero el recuento de los resultados más fácil.
Llegó al resultado y si, otra vez le dio positivo, cuantas alegrías que empañaban tristezas, cuantas personas que le habían enseñado; muchas ya no estaban y otras quizás mañana no estarían, pero siempre tendría la esperanza que se extinguieran con ella.
Se supo tranquila, extrañamente calma pese a que nunca lo había sido y se dio cuenta quizás tarde, quizás a tiempo, que las pasiones siempre la habían salvado de sus lugares más oscuros.
Que se había conocido llena de energía, muchas veces opaca y destructiva, pero siempre avasalladora de si misma; y hoy se reconocía calma y apasionada por la vida y las oportunidades.
Retomó el curso de las actividades cotidianas y pudo respirar profundamente y dedicarse oportunamente a lo que había elegido siempre sin prisas pero sin pausas: a vivir, que más importante que eso? 

Cuento Breve

Hubo una vez, hace muchos muchos años, en una intersección entre momentos, en el cual por error o por azar dos personas se encontraron en lugares comunes, podríamos llamarlo un lugar de amigos en esparcimiento.
A ella le gustó que las palabras construyeran puentes, a el que los movimientos imprevisibles fueran estrategias junto a los versos. Hubo algunas coincidencias y otras disidencias, hubo risa y café en el medio.
Ambos habían sido escritos como personajes de otras obras principales y hoy estaban de recreo en el bar de los cuentos; mientras el soñador descansaba de una resaca luego de una juerga.
Como venían de géneros literarios diferentes muchas veces no se entendían en el idioma de las palabras, y apelaban al del humor, y sino al de las señas.
Cuando las palabras, el humor y las señas se quedaron cortos apelaron a la comunicación más profunda, pero recordemos que ella había sido protagonista de historias de magia, misterio y romance y  el había sido protagonista de cuentos de aventura, por lo cual a pesar de la comunión surgieron las diferencias estéticas y de forma.
Tuvieron un momento de comunicación sublime, donde ella navego por los confines de su cuerpo, y el sin saber por las orillas de su alma.
Surgieron momentos de discusión sobre si todo sería verso, o prosa, si había que rimar o no, si el contenido superaba a la forma, si usaban metáforas y otros recursos estéticos o realismo descarnado y práctico.
Como siempre que se sueltan los personajes al libre albedrío, no podría haber tenido un final feliz; despierto de la resaca el soñador nunca supo a que se debía ese desorden de papeles, ese olor casi sutil a comida casera, perfume  y eco de risas.
Ordenando el desorden de su mente, rompió puentes, borró caminos, arreglo desarreglos y volvió a cada uno a su lugar: a el a una nueva aventura en un país insospechado y misterioso, a ella a un reconocerse para vivir una nueva historia de amor.
Nada es confirmado, tenemos la versión oficial donde el soñador creo una historia con cada personaje y quedaron sólo en el recuerdo tirados en un tacho de basura los vestigios del encuentro.
Dicen los ancianos (esos que sólo recopilan obras ajenas, y andan a la espera de un nuevo chisme para divulgar entre los cuentos de niños) que por algún descuido parte del alma de los personajes escapó a tal matanza de recuerdos y se liberaron en varias versiones diferentes.
Hubo una historia en donde se siguieron conociendo e inventaron un idioma más común y necesario creando un genero literario único.
Otra versión dice que siguieron libres cada uno en un mundo paralelo esperando a nuevas intersecciones que los acercaran para disfrutar de lo común de ser diferentes.
Siempre tendremos la duda si fue otra historia fantástica más,  o guarda alguna semejanza con la realidad.

Alternancias


Tengo días tan ricos de humedades 
que la melancolía me desborda y el agua llueve hacia afuera
días en los que inundo de emociones mi ciudad
donde no bastan los guardavidas
y sólo se salvan de ahogarse en penas
recuerdos descoloridos y silenciosos.
Luego brotan sobre el desconcierto cadencioso
de mis peores humores, sutilmente
como raíces húmedas casi invisibles
momentos cálidos, voces alegres
me liberan, me someten, me elevan
por encima de mis ganas de sumergirme
por encima de mis oscuridades mas profundas.
Y es ahí donde el enamorarme de mis soledades 
se me antoja un capricho tonto y apresurado
una volubilidad maquiavélica de mi negrura,
donde percibo que soy luz pese a querer liberarme
 de lo grácil y lo etéreo de mis pensamientos
Son esos días donde me siento parte del todo
y pese a dolerme la risa hasta el calambre
incluso solapa, trasmuta, enciende mi mirada
esos días tu voz me trasporta a otras galaxias
sigo el sonido de tu alma cual hechizada
hasta la próxima tormenta, hasta la próxima alternancia 
entre el pasado de mis anhelos y el presente de mis sueños