Fotografía Edgar Bartés |
Hoy voy a hacer un descargo a mi favor, reclamando el uso en mi contra
de la palabra tirana, ese adjetivo cargado de connotaciones negativas que se me
impuso olvidando todo aquello que una vez le ayudó a sobrevivir.
Hoy voy a contarles mi versión, el porqué de mi existencia precaria actual, y el porqué de mi presencia permanente anterior en la vida de la protagonista, de la cual sigo siendo parte, no una mera visita indeseada.
¿Acaso la desagradecida no recuerda, que gracias a mi salió de un mundo de desprotección y tristeza?.Les cuento que podría haberse tratado de una soñadora empedernida si no la hubiera sacado de su ensueño, siempre vivió entre libros y mundos paralelos, siempre anhelando no estar donde estaba, siempre imaginando alternativas poco creíbles a su realidad.
Siempre jugando de niña a ser varias, de adolescente a meterse en un libro y no salir, de adulta a imaginar e imaginar y abstraerse de la realidad.
En su infancia leyendo libros de terror espantosos y horripilantes como para cotejar que su interior podía ser luminoso en comparación, y luego contradiciéndose en lo material escribiendo cuentos escalofriantes y oscuros.
Niña soñadora, adolescente frustrada, tímida hasta el dolor, inmersa luego en pozos insondables y líquidos.
Melancólica, evasiva de la realidad, dotada solamente de una imaginación prodigiosa y ganas de volar más allá.
Salvada de la muerte por milagro muchas veces, otras gracias a mí, porque diga lo que diga siempre la guie por el camino correcto y luminoso pese a ella misma.
La salvé de las fobias sociales, la salvé de la soledad y la inconstancia.
La guie para poder estudiar y terminar algo por primera vez, haciéndole saltar obstáculos como su miedo a hablar en público.
La guie para mantener durante muchos años una relación, ella la inconstante hubiera tirado todo por la borda los primeros meses, le enseñé a negociar y negociarse, a ceder y brindarse.
La mantuve por la senda correcta de la estabilidad material, y mucho de lo que hoy tiene es gracias a esas elecciones tomadas basadas en mi criterio.
Como dije fui más guía que tirana.
Ahora amparada por una visión que ella llama holística y positiva de su accionar me llama tirana, olvidando todo aquello que consiguió gracias a mí.
Me fue desplazando un día de su vida, quiso hacerlo lentamente, empezó siguiendo las inaudibles voces de lo que ella llama su corazón.
Eligió la soledad y el autoconocimiento como lo llama, pese a que a algunas veces se siente desamparada en el mundo y recuerda con anhelo que una vez amó desde el dolor hasta la pareja.
Soltó todo aquello que consideraba un lastre en su vida, soltó amores y ocupaciones, soltó una imagen responsable, estable y certera construida durante toda una vida de sacrificio.
Volvió a escribir, habla todo el tiempo del desapego (no sé dónde estaría si realmente ejerciera el desapego, sigue siendo una presencia incuestionable en todos sus afectos, así no lo sean para ella)
Según ella aprendió a volar y es feliz.
Sigo sin entender a que llama volar si no suele usar drogas y solamente dos veces estuvo en el aire materialmente.
Sigo sin entender de que le sirve esa nueva concepción del amor que elige de ser una con el todo y no exigir ni exigirse más que escuchar su corazón (mientras tanto la muy imaginativa sigue sola).
Creo que voy a tener que hacer un paseo más invasivo por su vida, aprovechando esos momentos medio grises que tiene, donde quiere un apoyo, donde tiene miedo del mañana y se olvida del hoy, donde se cuestiona hasta donde llegó y porque tomó ciertas decisiones, para salvarla una vez más de sí misma.
Hoy voy a contarles mi versión, el porqué de mi existencia precaria actual, y el porqué de mi presencia permanente anterior en la vida de la protagonista, de la cual sigo siendo parte, no una mera visita indeseada.
¿Acaso la desagradecida no recuerda, que gracias a mi salió de un mundo de desprotección y tristeza?.Les cuento que podría haberse tratado de una soñadora empedernida si no la hubiera sacado de su ensueño, siempre vivió entre libros y mundos paralelos, siempre anhelando no estar donde estaba, siempre imaginando alternativas poco creíbles a su realidad.
Siempre jugando de niña a ser varias, de adolescente a meterse en un libro y no salir, de adulta a imaginar e imaginar y abstraerse de la realidad.
En su infancia leyendo libros de terror espantosos y horripilantes como para cotejar que su interior podía ser luminoso en comparación, y luego contradiciéndose en lo material escribiendo cuentos escalofriantes y oscuros.
Niña soñadora, adolescente frustrada, tímida hasta el dolor, inmersa luego en pozos insondables y líquidos.
Melancólica, evasiva de la realidad, dotada solamente de una imaginación prodigiosa y ganas de volar más allá.
Salvada de la muerte por milagro muchas veces, otras gracias a mí, porque diga lo que diga siempre la guie por el camino correcto y luminoso pese a ella misma.
La salvé de las fobias sociales, la salvé de la soledad y la inconstancia.
La guie para poder estudiar y terminar algo por primera vez, haciéndole saltar obstáculos como su miedo a hablar en público.
La guie para mantener durante muchos años una relación, ella la inconstante hubiera tirado todo por la borda los primeros meses, le enseñé a negociar y negociarse, a ceder y brindarse.
La mantuve por la senda correcta de la estabilidad material, y mucho de lo que hoy tiene es gracias a esas elecciones tomadas basadas en mi criterio.
Como dije fui más guía que tirana.
Ahora amparada por una visión que ella llama holística y positiva de su accionar me llama tirana, olvidando todo aquello que consiguió gracias a mí.
Me fue desplazando un día de su vida, quiso hacerlo lentamente, empezó siguiendo las inaudibles voces de lo que ella llama su corazón.
Eligió la soledad y el autoconocimiento como lo llama, pese a que a algunas veces se siente desamparada en el mundo y recuerda con anhelo que una vez amó desde el dolor hasta la pareja.
Soltó todo aquello que consideraba un lastre en su vida, soltó amores y ocupaciones, soltó una imagen responsable, estable y certera construida durante toda una vida de sacrificio.
Volvió a escribir, habla todo el tiempo del desapego (no sé dónde estaría si realmente ejerciera el desapego, sigue siendo una presencia incuestionable en todos sus afectos, así no lo sean para ella)
Según ella aprendió a volar y es feliz.
Sigo sin entender a que llama volar si no suele usar drogas y solamente dos veces estuvo en el aire materialmente.
Sigo sin entender de que le sirve esa nueva concepción del amor que elige de ser una con el todo y no exigir ni exigirse más que escuchar su corazón (mientras tanto la muy imaginativa sigue sola).
Creo que voy a tener que hacer un paseo más invasivo por su vida, aprovechando esos momentos medio grises que tiene, donde quiere un apoyo, donde tiene miedo del mañana y se olvida del hoy, donde se cuestiona hasta donde llegó y porque tomó ciertas decisiones, para salvarla una vez más de sí misma.
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